¿Por qué ninguna mujer había narrado hasta ahora un partido de béisbol en Cuba?

Por primera vez en la historia conocida de los medios de comunicación cubanos, una mujer sorteó el machismo y narró una entrada de un partido de béisbol.

Hace un lustro, en la televisión cubana y otros medios de comunicación de la Isla se veían varias periodistas, presentadoras o comentaristas, dedicadas exclusivamente al periodismo deportivo. Sin embargo, ninguna de ellas llegó a narrar un partido de ningún deporte, ni siquiera en las provincias o en las emisoras de radio locales, donde los narradores deportivos se mantienen al mando hasta hoy.
Algunas mantuvieron sus espacios y su presencia en los medios, pese a lidiar con machismos o embarazos. Otras se fueron. Ahora la presencia femenina ha disminuido considerablemente en la televisión, la radio y los medios impresos.
Sin embargo, en las últimas semanas una noticia más halagüeña le dio la vuelta a Cuba: Melissa Blanco Déniz, una estudiante de quinto año de Periodismo, logró narrar una entrada de béisbol en el estadio Victoria de Girón, de Matanzas. Hasta el 15 de agosto de 2019, a ninguna otra mujer se le habían cedido los micrófonos radiales de un juego de béisbol en la Isla. Melissa ni siquiera narró medio juego o un partido completo, pero su estilo colándose entre las voces masculinas, le aseguró de inmediato un sitio en la historia cubana escritas por las mujeres.
¿Por qué hubo que esperar un siglo ―la radio apareció en Cuba en 1922― para que una mujer consiguiera narrar una entrada de béisbol en la Isla?
La relación entre las mujeres y el deporte nacional, el béisbol, se remonta al siglo XIX. Sin embargo, la relación de ellas con el periodismo deportivo solo acumula unas pocas décadas. Primero, las mujeres tuvieron que esperar años para que se les permitiera participar activamente en casi todas las disciplinas deportivas y, a la par, en el mundo del periodismo, también dominado por los hombres.
La mujer que más larga trayectoria tuvo y que más esquemas rompió desde la televisión nacional fue Julia Osendi. No obstante, nunca narró un juego de nada. «Mis compañeros narradores, que tanto se habían impresionado conmigo, no me dejaron ni me han dejado nunca narrar», confesó Osendi en el libro de entrevistas En primera persona (Cenesex y SEMlac, 2010).
Por su parte, Irene Forbes, exreportera del diario Juventud Rebelde, y una de las pioneras del periodismo deportivo femenino en la prensa escrita, también criticaba el machismo en esta esfera: «Hasta para una foto de recuerdo se ha dicho: ¡eh! vengan los periodistas: fulano, mengano, sutanejo. Y yo, como si fuera invisible», cuenta en El periodismo deportivo, más que un oficio, un reto.
Los obstáculos son los mismos de antaño: los hombres que monopolizan la narración en la Isla no quieren ceder los micrófonos, ni hay una política de género en los medios que se los exija.
En la actualidad, la historia no ha sido muy distinta, aunque el acceso a la especialización como periodista o comentarista deportiva sea menos complejo. No obstante, los obstáculos son los mismos de antaño: los hombres que monopolizan la narración en la Isla no quieren ceder los micrófonos, ni hay una política de género en los medios que se los exija.
Que Blanco Deníz narrara una entrada de un juego de béisbol fue más obra de sus propias capacidades y de las «buenas» acciones de sus colegas de la radio, que de una oportunidad al alcance de todas las periodistas especializadas en deporte. Hasta hoy, las mujeres siguen sin tener las puertas abiertas.
La estudiante de Periodismo, vinculada a Radio 26 desde hacía dos años, había vivido el machismo desde las gradas del estadio, antes de atreverse a narrar.
«Antes de entrar a cabina o tener prácticas en la radio ya sentía que deseaba aprender a narrar y compartí esa idea un día en las gradas del estadio cuando estaba rodeada de varios hombres con los que mi padre y yo habíamos hecho amistad gracias a la pelota, y la respuesta de uno de ellos fue: ni te vuelvas loca que eso no le va a gustar a nadie. Todo el mundo está acostumbrado a escuchar a los hombres y, además, ¿quién ha visto que una mujer sepa de pelota como para ser narradora y comentarista», contó recientemente a Cubahora.
Sobre su debut, la joven periodista confesó que solo ha encontrado felicitaciones a su paso, pero no descarta criterios negativos en una sociedad extremadamente patriarcal y que venera al béisbol como uno de sus símbolos más viriles.
«Aún no me he encontrado a alguno que venga a criticarme y, si lo hace, lo escucharé con gusto porque es un modo muy efectivo de mejorar, pero no aceptaré que me digan que las mujeres no sabemos de pelota como los hombres, el género no tiene nada que ver con el conocimiento o la inteligencia y el gusto», analizó Melissa en la misma entrevista.
Sus peleas no son ni han sido únicas. Toda mujer que ha pisado el campo del periodismo deportivo se ha visto mutilada por uno u otro motivo. Osendi se refería a esto como «trabajar el triple que los hombres para que te reconozcan como igual».
Escucha la narración de Melissa Blanco Deníz aquí:
(Audio: Tomado de Youtube. Publicado por Depor Cuba)
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