Las personas no binarias siguen sin reconocimiento legal en la mayoría de los países (+ mapa interactivo)


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El bailarín mexicano Lukas Avendaño (Foto: Mario Patiño)

Las personas no binarias son aquellas que se asumen con identidades diferentes a las categorías históricas y culturales de hombre o mujer, que siguen siendo las únicas reconocidas en las leyes de la mayoría de los países.

Hay diversos nombres para  las personas no binarias, en dependencia de la denominación que elijan y el contexto cultural en que vivan (género fluido, agénero, bigénero, muxes, hijras, kusras…).

Según los Principios de Yogyakarta, una declaración sobre los derechos LGBTIQ+ elaborada por varios expertos influyentes en 2006 a petición de Naciones Unidas, «la orientación sexual o identidad de género que cada persona defina para sí es esencial para su personalidad y constituye uno de los aspectos fundamentales de la autodeterminación, la dignidad y la libertad».

En este sentido, el reconocimiento oficial de estas identidades significa un paso fundamental para la existencia plena de las personas que las asumen.

Los Principios de Yogyakarta estipulan también  que «los Estados adoptarán todas las medidas legislativas, administrativas y de cualquier otra índole que sean necesarias para respetar plenamente y reconocer legalmente el derecho de cada persona a la identidad de género que ella defina para sí».

Como las demás disidencias género-sexuales, las personas no binarias son una comunidad discriminada y marginalizada por los paradigmas cisheteronormativos que rigen la política, las leyes y las demás estructuras sociales.

La presión ejercida por organizaciones, activistas y personas no binarias, ha logrado que algunos países estén dando algunos pasos hacia el reconocimiento de estas identidades. No obstante, la cantidad de países que ha legislado sobre el tema es muy muy pequeña, y en las leyes aprobadas persisten muchas dificultades.

¿Cuáles son estas dificultades? La primera, que el reconocimiento no alcanza a toda la ciudadanía.

En Dinamarca, por ejemplo, se aprobó en 2014 una «Ley de Reconocimiento de Género» que abolió los requisitos médicos para cambiar la información binaria en los documentos de identidad, e introdujo la categoría «X» para el pasaporte y la identificación nacional. Sin embargo, la ley recibió críticas de por parte de la organización Transgender Europe, pues el proceso para el cambio demora 6 meses y se limita a personas trans mayores de 18 años.

Fabián, una persona no binaria en Cuba (Video: Tremenda Nota)

En países como Nepal se reconocen de manera oficial las identidades no binarias, pero en la práctica el procedimiento burocrático vuelve inaccesible este derecho.

Euforia, un colectivo transfeminista español, informó en un resumen ejecutivo del 2021 que «salvo casos excepcionales, en  Alemania, Austria y Países Bajos los procedimientos disponibles con carácter general para obtener el reconocimiento de una identidad no binaria solo son claramente accesibles para las personas intersex».

La segunda dificultad es que el reconocimiento legal no siempre está basado en la autodeterminación                                        

En países como Malta, Suecia, Holanda y Argentina, la identificación oficial con categorías no binarias está basada en la autodeterminación, pero en otros como Alemania y Austria está sujeta al criterio médico, que parte siempre de la intersexualidad evidenciada en características físicas.

Al respecto, una organización LGBTIQ+ alemana destacó que «si las personas no se identifican como hombre o mujer de manera formal y sostenida, la ley debe permitir que registren legalmente su estatus tal como lo definen».

Según The New York Times, esta misma organización, denominada Asociación de Lesbianas y Gays de Alemania, hizo un llamado a los legisladores «para que la categoría “diverso” estuviera disponible para todas las personas que la necesitan y la desean, sin requerir de un certificado médico».

Australia también exige informes médicos, psicológicos o certificados donde se reconozca legalmente el género. En Nueva Zelanda, los menores de edad que quieran reflejar una identidad no binaria en el pasaporte o el carnet de conducir necesitan igualmente una certificación médica o psicológica.

En casos como el de Nepal y la India, las personas trans están obligadas a reconocerse oficialmente como «tercer género» sin importar la identidad que realmente asumen y desean. En la India, acceder a un «cambio de género» en los documentos obliga a una cirugía genital.

Al respecto, los Principios de Yogyakarta estipulan que «ninguna persona será obligada a someterse a procedimientos médicos, incluyendo la cirugía de reasignación de sexo, la esterilización o la terapia hormonal, como requisito para el reconocimiento legal de su identidad de género».

Hijras, personas no binarias de la India (Foto: Internet)

Otro problema que enfrentan las personas no binarias son las dificultades para viajar.

Como son muy pocos los países que incluyen identidades no binarias en sus documentos de identificación y en los formularios de ingreso para extranjeros, las personas que los porten podrían ver imposibilitado su acceso a otros países o sufrir discriminación a la hora de hacerlo.

Los gobiernos de los países que reconocen estas identidades, como Argentina, advierten sobre las posibles complicaciones y la necesidad de informarse antes de viajar.

Una posible solución sería eliminar la obligatoriedad de presentar la información referida al género.

En 2017, un panel de especialistas en legislación de derechos humanos, sexuales y de género, añadió 10 principios al documento de Yogyakarta. En el principio número 31 se expone que «los Estados deben garantizar que los documentos de identidad oficiales incluyan únicamente información personal que sea pertinente, razonable y necesaria de conformidad con la ley para cumplir un propósito legítimo; y, por lo tanto, deben poner fin al registro del sexo y género de las personas en documentos de identidad».  

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