La isla aislada
Cuba más que una isla, es un universo paralelo. Para ilustrar el aislamiento de Cuba Gabriel Guerra Bianchini reemplazó el mar por las nubes. El clásico Malecón de La Habana se transforma así en el borde de un abismo.
Se han preguntado alguna vez, ¿qué son los sueños? ¿en qué hemisferio del cuerpo o del alma reposa la felicidad? Yo he visto tantas personas sentarse al borde de sus tierras, con los ojos inmersos en esas preguntas y más.
Respeto tanto ese momento que he aprendido a admirarlos, porque es un momento de paz. Y porque en medio de tanto caos, trazar un eje con la inmensidad es recordar cuán pequeños somos, cúan insignificante resulta este corretaje, cuán sencillas son las cosas que realmente importan. Y esa calma que habita más allá.
Permítanme llenarles de nubes esta Plaza, ellas son mi horizonte, mi utopía, mi esperanza. Alguien preguntó una vez, ¿para qué sirve la utopía? Y luego de admitir que él se hacía esa pregunta todos los días, explicó que la utopía está en el horizonte y nunca se va a alcanzar. Porque si avanzas diez pasos, la utopía se aleja diez pasos. Si caminas veinte pasos, la utopía se va veinte pasos más allá. ¿Para qué sirve? Pues eso, para caminar.
Permítanme llenarles de nubes esta Plaza, ellas son mi utopía, el horizonte y la esperanza.
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