Un policía “dialoga” con un activista LGBTI+ en Cuba el 11 de mayo de 2019 durantela marcha independiente. Foto: Hamlet Lavastida
El 11 de mayo de 2019, en La Habana, desde el Parque Central hasta la intersección de las calles Prado y San Lázaro, asistimos a dos aplicaciones distintas de coreografía social, es decir, dos maneras de asumir el uso y ejercicio del espacio público en una Cuba donde las manifestaciones populares son vistas como la más atrevida forma de reclamo cívico.
El reglamento de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE) no argumenta por qué los competidores de una disciplina deportiva donde vale más el intelecto que la fuerza se organizan en dos bandos excluyentes. En Cuba, como en el resto del mundo, la mayoría de las competiciones del llamado juego ciencia se dividen en masculino y femenino.
La 13ª edición del informe Homofobia de Estado, de la Asociación Internacional de Lesbianas, Gais, Bisexuales, Trans e Intersex (ILGA, por sus siglas en inglés) fue publicado en español este 27 de mayo.
Foto tomada del perfil de Facebook de Roberto Álvarez, Robe L Ninho.
Cuban Street Barbers, un grupo de barberos que pelan gratis en las comunidades habaneras y promueven la cultura hip hop, se resiste a desaparecer a pesar de la guerra de las autoridades culturales contra los creadores independientes.
El diputado cubano Luis Ángel Adán Roble, a la derecha, habla en una conferencia del LGBTQ Victory Institute en Bogotá, Colombia, el 18 de mayo de 2019. (Foto: Cortesía del Victory Institute)
Bogotá, Colombia― Un parlamentario cubano sugirió el sábado pasado que activistas independientes «recibieron pagos» para organizar la marcha LGBTI+ celebrada el 11 de mayo en La Habana sin autorización del gobierno.