A mí no me gusta el llamado lenguaje inclusivo. Y uso las palabras deliberadamente: no me gusta. Es una cuestión personal, no de «estar o no de acuerdo». A nadie le corresponde estar o no de acuerdo con la manera en que otros se sirvan del lenguaje. Y eso incluye a la Real Academia Española (RAE), que se ha opuesto, en los términos más tajantes, al uso del lenguaje inclusivo, con la autoridad que le viene… pues de sí misma. Y de la Corona, claro.
Un grupo numeroso de artistas e intelectuales cubanos publicó este jueves una declaración en solidaridad con la comunidad LGBTI+ a raíz de una polémica provocada por el fundamentalismo religioso la pasada semana.
Una carta abierta que relaciona la pedofilia con las demandas de la comunidad LGBTI+ ha provocado una gran polémica durante esta semana en Cuba, luego de la reacción indignada de decenas de activistas y de varias organizaciones defensoras de los derechos gais, lesbianas, trans e intersexuales.
Mientras en Estados Unidos, Europa y América Latina, manifestantes antirracistas derriban estatuas de esclavistas y de Cristóbal Colón, en La Habana y en Santa Clara sobreviven sendos monumentos al presidente cubano José Miguel Gómez que en 1912 hizo masacrar a más de mil afrodescendientes.
El ex diputado Luis Ángel Adán Roble, el primer parlamentario abiertamente gay que impulsó los derechos LGBTI+ en la Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba, hizo declaraciones esta semana sobre la discusión en torno al matrimonio igualitario en la que participó antes de renunciar a su escaño en noviembre pasado.