«Dios no te quiere»: Un culto cristiano que acabó en manifestación por los derechos LGBTIQ+

Esta tarde, dos pájaros tomados de la mano, una gorda, un iyabó y una negra con cara de pocos amigos, somos el estorbo.
Esta tarde, dos pájaros tomados de la mano, una gorda, un iyabó y una negra con cara de pocos amigos, somos el estorbo.
Dice mi mamá que yo tengo tremendo lío con los bichos: «La otra vez un majá en tu cuarto, después un alacrán y hoy un sapo». Voy a tener que creerle. Cada vez que aparece un animal grande o peligroso, me percato de que luego sucede algo inusual o negativo. La naturaleza haciéndome señas, parece.
Las relaciones acaban por cualquier razón misteriosa. Los finales que más nos pesan son los que se deben al desgaste. No voy a contarles nada de eso. Estas son historias de gente que prometía mucho y daba poco. Se detectan rápido.
El 18 de marzo de 2022 a las 5 de la tarde, Yasniel vuelve en sí y Samuel le da la noticia: «Padrino, muy linda Oshún hoy. Mandó que te dijera que iba a traerte algo de tu pasado que ya dabas por perdido».
En este solar de las redes sociales se arma un revuelo en solo minutos. Renace mi deseo de que ciertas voces no tengan el alcance que otras más necesarias todavía no logran, pero lastimosamente el algoritmo para la fama aquí no es coherente con la utilidad del que se afama.